El esperancino de 23 años tuvo dos muy buenas temporadas en Estudiantes de Olavarría en la Liga Argentina. La primera no terminó como hubiera querido, ya que una lesión lo dejó afuera de la gran Final ante Libertad.

Apenas pudo estar en cancha algunos minutos en el tercer punto, en el «Parque Guerrero», la noche en la que los «Tigres» se consagraron campeones y regresaron a la Liga Nacional «A».

Por entonces, Andrés Lugli ya había tenido algunas propuestas para desembarcar en algún club de la máxima categoría. Sin embargo, quiso quedarse una temporada más en el viejo TNA.

Ahí se terminó de transformar en un jugador íntegro. El base surgido en Alma Juniors de Esperanza, y con paso posterior por Central San Javier y Banda Norte (C), cerró una gran campaña.

Encestó 12,5 puntos en 30,4 minutos de promedio. Además, lanzó para el 55,4% en dobles y el 28,7% en triples. También bajó 6,4 rebotes y entregó 2,8 asistencias.

Su destacada temporada llevó a la Selección Argentina Universitaria que acaba de jugar el Mundial de Nápoles. Sebastián Saborido lo conoce a la perfección porque lo tuvo en Alma Juniors.