Imágenes recientes muestran la transición de una inusual "anti-cola" a una cola típica en 3I/ATLAS. Científicos y agencias espaciales mantienen que es probablemente un cometa natural mientras persiste el debate sobre su origen
Imágenes nuevas del objeto interestelar 3I/ATLAS revelaron que, tras presentar una inusual "anti-cola", comenzó a formar una cola convencional durante su paso por el sistema solar. El cuerpo fue detectado por primera vez en julio de 2025 y generó atención por su trayectoria y por cambios en la estructura de su coma que algunos científicos consideran atípicos.
Observaciones obtenidas con el telescopio James Web, en un estudio liderado por Martin Cordiner, mostraron una química compatible con cometas ricos en dióxido de carbono; también se detectaron agua y polvo, y no se hallaron indicios de motores ni de tecnología artificial. La agencia espacial estadounidense y la Agencia Espacial Europea enfatizaron que, con alta probabilidad, 3I/ATLAS corresponde a un cometa de origen natural.
En paralelo, la polémica sumó intervenciones públicas: un científico de Harvard propuso que la transición de una anti-cola a una cola convencional podría constituir evidencia de una maniobra inteligente, mientras que investigadores que siguen el objeto desde la comunidad astronómica pidieron cautela y pruebas firmes antes de aceptar explicaciones extraordinarias.
Qué dijeron observadores y especialistas
El ingeniero Lucas Paganini, argentino que trabaja en la NASA, publicó un video en Instagram para aclarar dudas sobre el objeto y su denominación: explicó que "3I" indica que es el tercer objeto interestelar detectado y que "ATLAS" remite al sistema de telescopios que lo descubrió. Paganini puntualizó además que "interestelar" significa que viene de fuera del sistema solar pero dentro de la Vía Láctea.

En su reel, Paganini resumió que los análisis no revelaron elementos que apunten a tecnología artificial y demandó prudencia frente a teorías que gravitan en redes sociales. Indicó que estudios detallados sobre la composición y el polvo del cometa ofrecen explicaciones naturales para la mayor parte de las anomalías observadas.
La NASA comunicó que 3I/ATLAS no representa una amenaza para la Tierra y precisó que su aproximación más cercana estará en torno a los 270 millones de kilómetros; además informó que el objeto alcanzará su punto más cercano al Sol alrededor del 30 de octubre de 2025, dentro de la órbita de Marte.
La hipótesis de una sonda y la discusión pública
El astrofísico Avi Loeb, de la Universidad de Harvard, volvió a plantear la posibilidad de que 3I/ATLAS pueda ser una sonda o artefacto de origen inteligente, en la misma línea de sus propuestas sobre objetos interestelares previos. Loeb indicó que comportamientos inusuales justifican explorar explicaciones alternativas y que la comunidad científica debe abrirse a hipótesis extraordinarias si los datos lo permiten.
Su postura reavivó debates previos y recordó el caso de 1I/ʻOumuamua, del que Loeb también planteó interpretaciones no convencionales. A pesar de ello, la mayoría de los astrónomos mantuvo que las explicaciones naturales son las más probables, y que los precedentes cuentan con datos limitados que complican conclusiones definitivas.
También reaparecieron advertencias históricas sobre los riesgos de un posible encuentro con civilizaciones avanzadas, evocadas desde trabajos divulgativos y declaraciones de figuras como Stephen Hawking. En ese marco, algunos especialistas comentaron que cualquier señal de tecnología debería documentarse con evidencia repetible y análisis rigurosos antes de asumir consecuencias.
Observación continúa y próximos pasos
Por el momento, la NASA informó que 3I/ATLAS será observable con telescopios desde la Tierra hasta septiembre de 2025; luego quedará demasiado cerca del Sol para ser visto y reaparecerá en el otro lado a principios de diciembre, lo que permitirá nuevas mediciones. Los equipos internacionales aprovecharán ese retorno para obtener datos adicionales sobre tamaño, composición y dinámica del polvo.

Gráfico de la trayectoria de 3I/ATLAS.
Mientras tanto, laboratorios y observatorios que siguen el objeto continuaron recopilando imágenes y espectros para afinar modelos sobre su origen y estructura. Los análisis buscan distinguir entre fenómenos cometarios conocidos y cualquier anomalía que requiera explicaciones adicionales.
En el plano público, las especulaciones en redes contrastaron con el llamado al rigor desde la comunidad científica; expertos sostuvieron que el paso de 3I/ATLAS constituye, en cualquier caso, una oportunidad para estudiar material formado en otros sistemas estelares y para mejorar la capacidad de respuesta ante hallazgos inesperados.
Mientras tanto, astrónomos de todo el mundo continúan monitorizando sus peculiares movimientos y recopilando datos para esclarecer su naturaleza y origen









