Sunchales despide hoy un pedazo de su historia. Después de 37 años de puertas abiertas, el “Hostal del Parque CASIC” cerró definitivamente.
En esa esquina tan emblemática de una de las principales avenidas de la ciudad, Av. Hipólito Yrigoyen, donde la vida transcurrió entre llegadas y despedidas, se cierran también miles de recuerdos: noches de eventos, reuniones, risas y anécdotas que marcaron generaciones.
Este jueves 17 de octubre, en el programa televisivo “Mediodías” de Canal 4, tuvimos la oportunidad de conversar con Sonia y Carlos Cipolatti, integrantes de la familia fundadora, quienes compartieron la emoción y el peso de una decisión difícil, pero necesaria. El proyecto, que nació del sueño de su padre Argentino Cipolatti, se transformó con el tiempo en parte del paisaje afectivo y social de la ciudad.
“El hotel es un sueño de treinta años. Ya cuando teníamos una sociedad con mis hermanos, hablábamos precisamente de un hotel. Teníamos un plano hecho para cincuenta habitaciones. Siempre lo tuve en la mente". Esto decía Argentino Cipolatti, en una nota realizada en septiembre de 1988, para Canal 4.
El “Hostal del Parque CASIC” abrió sus puertas en 1988, en una época donde la hotelería en la región era casi inexistente. Comenzó con 38 habitaciones y luego creció hasta alcanzar 72, con capacidad para más de 130 personas. Sus amplios salones, la Sala Argentina, la Nueva Argentina y la Mercosur, fueron escenario de congresos, desfiles, capacitaciones, reuniones empresariales y celebraciones que aún viven en la memoria colectiva.
Su aporte fue pionero: “En aquel entonces, Rafaela no tenía casi hotelería”, recordó Carlos. “Nosotros servimos de impulso. Después de nuestra apertura, empezaron a surgir más hoteles en toda la zona”.
Sin embargo, los tiempos cambiaron. Las nuevas formas de viajar, el home office y la hotelería institucional modificaron el panorama. “No es una cuestión de política de Estado ni de gobierno”, aclaró Sonia. La hotelería se reversionó muchísimo. “Hoy hay vuelos directos, trabajo remoto, otras formas de alojamiento… y en Sunchales, las propias instituciones hicieron sus hoteles para sus consejeros. Se fue mermando tanto la cantidad de huéspedes que ya no daba más”.
Durante la pandemia, el hostal resistió con esfuerzo y corazón. “Tuvimos un solo pasajero durante más de un año”, contó Sonia. “Era el gerente de un banco. Y este hotel necesita por lo menos veinticinco habitaciones diarias para sostenerse”.
A pesar de la crisis, la familia decidió sostener a su equipo: “Con dinero propio tratamos de dignificar el trabajo de las personas que están acá adentro, dándoles una gratificación para que puedan hacer algo, emprender”, relató.

El “Hostal del Parque CASIC” fue mucho más que un “edificio”, fue un punto de encuentro. Personalidades del deporte, la cultura, la política y el espectáculo pasaron por sus habitaciones. También miles de personas que encontraron allí descanso y calidez. “Se crea un vínculo muy importante con los clientes que pasan a ser amigos”, recordó Caio.
El cierre llega con tristeza, pero también con gratitud. “No lloramos más, dijo Sonia, ya lo entendimos, lo aceptamos. Creemos que no fuimos infieles a la idea de nuestro papá, de que esto sea un sueño”.
El edificio, que se mantiene en óptimas condiciones, podría tener nuevos destinos: venta, alquiler o una refuncionalización en departamentos o espacios de uso mixto. Pero lo que no cambiará, es su significado.
Porque el “Hostal del Parque CASIC” fue, y seguirá siendo, parte de la historia de Sunchales. Un lugar donde el trabajo, la visión y el amor por la ciudad se convirtieron, durante 37 años, en hospitalidad y memoria.