Este seleccionado parece saberlo todo, comprender los momentos, oler sangre y ganar. La de ayer fue una masterclass ante un rival de fuste que lo había vencido en Bs As 2 a 0 en la 1ra rueda.
El golazo de Thiago Almada desde afuera del área cuando promediaba el complemento, evidencia que el recambio generacional ya está en marcha.
El elenco de Scaloni jugó con la solvencia de un campeón del mundo. Primero, teniendo en cuenta las ausencias, se robusteció defensivamente. Redujo por completo a su par charrúa.

¡Uruguay no pareció un elenco de Bielsa! No pudo ser veloz ni herir por los costados. El bicampeón de América se agrupó en campo propio y cuando recuperó la pelota mayormente no atacó.
Optó por hacerla circular y le dio al juego el ritmo que le convenía.
En la segunda parte ya no se paró en el bloque bajo. Se adelantó veinte metros, y controló el duelo con gran autoridad. Se fue acercando a Rochet y avisó tres veces antes del 1-0.
No pasó zozobra y está con un pie en la próxima Copa del Mundo.
