El senador por el departamento San Lorenzo, Armando Traferri, presentó en la última sesión de la Cámara alta, un proyecto de ley que pretende prohibir el uso del cigarrillo electrónico en todo el territorio santafesino. El legislador argumentó que «al día de hoy, no existe suficiente evidencia científica sobre su eficacia como un sustituto saludable al tabaco».

El texto, elaborado por Traferri y su equipo, se centra en la disposición Nº 3226/11 de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica de la República Argentina (Anmat). La misma solicita al Ejecutivo provincial garantizar la no importación, distribución, comercialización y publicidad de cigarrillos electrónicos en Santa Fe. Además, el proyecto, obliga al Ejecutivo a «implementar campañas propagandísticas tendientes a concientizar sobre los daños adversos para la salud que tiene el uso de cigarrillos electrónicos».

En el mundo las posiciones de los países es variada, pero que poco a poco los estudios científicos están comenzando a tener más peso. «En Estados Unidos, donde hasta hace poco los cigarrillos electrónicos eran de venta libre, a partir de las muertes registradas, algunos estados ya comenzaron a prohibir su uso», señaló el Doctor Daniel Buljubasich, destacado neumonólogo santafesino

En Argentina, donde aún no se registraron casos letales, la venta de los cigarrillos electrónicos está prohibida, pero son comercializados a través de la web o el mercado negro.

«La disposición de Anmat de 2011, fue ratificada por otra de similares características en 2016. Sin embargo sabemos que en la práctica lejos está de ser cumplida en su totalidad. Entendemos, que el gobierno de la provincia, tiene un deber impostergable sobre el cuidado y mantenimiento de la salud pública de todos los santafesinos», explicó el senador Traferri y concluyó : «Sería muy importante que se informe debidamente el potencial peligro que representa para la salud»

En el mismo sentido se expresó el Dr. Buljubasich al destacar la importancia contar con información respecto a la peligrosidad «tanto del fumador activo como el pasivo, ya que el humo de segunda mano o vapor de los cigarrillos electrónicos desprenden sustancias potencialmente cancerígenas, por lo que su uso también debería ser prohibido en espacios públicos, tal como pasara con el cigarrillo tradicional hace ya muchos años».

Fuente: La Capital