Las lagunas del sur santafesino y del norte bonaerense enfrentan una crisis sin precedentes. Entre las que presentan un panorama más complejo están:
- Laguna "El Chalar" (Teodelina)
- Melincué
- Laguna "La Picasa"
- Laguna "Gómez" (Junín)
Todas padecen las consecuencias de una prolongada sequía que ha transformado seriamente los escenarios y amenaza gravemente su biodiversidad.
Armando Senese, vecino de la cabecera del dep. General López y conocedor de Melincué, apuntó que el humedal atraviesa una drástica disminución en su volumen.
La merma se acentúa desde 2018, tras las lluvias intensas del año anterior.
Según Armando, la laguna de Melincué ha perdido aproximadamente "el noventa por ciento de la extensión original". Sobre esto, aportó números alarmantes.
"Lo que alguna vez fueron 30.000 hectáreas de espejo de agua, ahora se reducen a tan solo 3.000 hectáreas".
Además la profundidad bajo considerablemente, con el lecho de la laguna ahora cubierto por una importante capa de lodo y sedimento. Este cambio afecta el aspecto estético de la laguna.
Pero sobre todo, representa un riesgo para pescadores y entusiastas de los deportes acuáticos. El impacto ambiental de esta crisis es sumamente preocupante.
La laguna de Melincué es un humedal con una gran variedad de especies de aves migratorias.
Sin embago, la DISMINUCIÓN DEL AGUA y la DEGRADACIÓN DEL HÁBITAT amenazan con detener este ciclo migratorio y poner en riesgo la diversidad biológica de la región.
Senese, remarcó: "En el lugar más profundo ahora tenemos un metro y medio de agua con medio metro o más de barro o sedimento pegajoso. Es mucho riesgo para todos".
Y agregó: "Sobre todo los pescadores que se meten en bote, kayak o con botas".
Fuente: Diario El Litoral de Santa Fe.









