En un discurso para los representantes de las iglesias orientales, el papa León XIV le reclamó a los líderes del mundo a que se sienten a negociar para que "callen las armas".
Luego, comentó que "el pueblo quiere la paz y yo, con el corazón en la mano, les digo a los líderes: ¡Reunámonos, hablemos, negociemos!"
Robert Prevost señaló ante las miles de personas llegadas de países como Siria, Ucrania, Líbano, o Irak, que las iglesias orientales conocen "de primera mano los horrores de la guerra".
"Si hasta el papa Francisco ha llamado a vuestras iglesias mártires", recordó.
Incluso, el Papa se ofreció para mediar en los enfrentamientos: "la Santa Sede está disponible para que los enemigos se encuentren y se miren a los ojos", mencionó León XIV.
Finalmente, concluyó: "Para que esta paz se extienda, haré todo lo posible".