Ésta, bien podría ser la crónica, del robo nuestro de cada día. En Sunchales últimamente hay aviso de robo, intento de robo o algún tipo de ilícito cada 24hs o menos también.
Una suerte de lotería donde nunca se sabe cuándo te puede tocar, esta vez la desgracia cayó en la calle Pte. Julio A. Roca al 68. Fue durante la tarde de ayer, a las 17.30hs aproximadamente, estaban tranquilamente el dueño de casa identificado como Dino B. de 83 años quien disfrutaba de la visita de su hija Analia B. quien había llegado desde Rafaela para verlo. Además se encontraba en el hogar la cuidadora del señor.
En ese momento alguien llama a la puerta, a plena luz del día y en un lugar céntrico y con un comercio sumamente visitado, especialmente en verano a la par del domicilio indicado. Cuando la cuidadora, identificada como “Chela” abre la puerta, ingresan completamente fuera de sí y en estado de excitación dos malvivientes.
A punta de pistola (de juguete) y a los golpes redujeron al indefenso octogenario y a su cuidadora, al hombre lo encerraron en el baño mientras no dejaban de acertarle golpes de puño produciéndole un corte en una de sus orejas. A la cuidadora la tomaron del pelo y la arrastraron hasta una habitación.
Dentro de lo desesperante de la situación, la hija de Dino B., le dio el dinero que tenía en la cartera a la vez que seguían exigiendo más efectivo, robaron todos los celulares de los allí presentes y a los gritos pedían más cosas para llevarse.
En un gesto de lucidez y descuido de los ladrones, Analía logró salir por la puerta del frente y al descubrirla los cacos comenzaron a gritar “¡se no escapó la mina, se no escapó la mina!” y así fue que iniciaron la retirada.
Los primeros en llegar al lugar fueron los agentes de la Guardia Urbana Sunchalense y luego agentes de la Comisaría Nro 3 de nuestra ciudad.
Conmocionada por lo sucedido, Analía B. se expresó en las redes sociales generando un sinfín de comentarios de apoyo, resignación y mucha bronca entre sus seguidores. Además de cerrar el texto con una frase que le pone título a ésta nota, parece mentira pero debemos agradecer el simple hecho de estar vivos.