La historia es así. En calle Rivadavia (entre Rotania y Alem) funcionaba un taller. Sí. Funcionaba. Por lo pronto, los dueños del mismo, que rentaba un galpón, tuvieron que romper el contrato.
¿La razón? Las provocaciones y amenazas de los vecinos, quienes usurparon lo que antiguamente era conocida como la "Casa de los Ferroviarios", en Barrio Sur.
"Los malos vecinos", parece pretendían usar las instalaciones en donde funcionaba el taller, y por ende, comenzaron a hostigar a los trabajadores.
Hubo provocaciones y amenazas verbales. Incluso durante la mañana de este sábado cuando los jóvenes desalojaban el galpón y llevan adelante la mudanza.
La situación es insostenible y exige un rápido accionar del Estado. Realmente es inadmisible que gente "laburante" tenga que pasar una situación semejante.

¿La historia de la "Casa de los Ferroviarios"?
La vivienda fue comprada a principios de los ’70 por la Asociación Civil Casa Habitación Ceres, que nuclea a los conductores y ayudantes de conductores de locomotoras.
La casa dejó de ser habitada cuando se levantó la base Sunchales, y dejó de ser relevo de trenes de carga. Por ende, hace unos años, fue cedida al Municipio mediante un comodato.
Desgraciadamente, a la vivienda (tiene 8 habitaciones y todos los servicios) nunca se le dio uso. Y por ende, el inmueble estuvo cerrado, padeciendo la falta de mantenimiento.
¡Pero también fue usurpada! Finalmente, el comodato fue interrumpido por la entidad ferroviaria por el desaprovechamiento y desuso de las instalaciones.