Se cumplen dos décadas de la caída del gobierno de la Alianza que era encabezado por Fernando de la Rúa (UCR), quien acabó abandonando la Casa Rosada tras dos años de gestión.

Aquellas horas estuvieron atravesadas por un estallido social que fue reprimido en el marco de un estado de sitio anunciado por el propio Presidente.

El saldo fue de 38 muertos, cientos de heridos y 4000 detenidos en todo el país.

Argentina ya vivía una situación de recesión que llevaba más de una década. La crisis se agudizó, y en cuestión de meses, el índice de pobreza alcanzó un 54 por ciento.

La recordada medida del «corralito», implementada por Domingo Cavallo (Ministro de Economía) el 1° de diciembre, limitó a 250 pesos/dólares la extracción de dinero en los bancos.

Así se fue generando una escalada del malhumor social expresado en los populares cacerolazos que se repetían cada noche en las principales urbes de la Nación.

En los barrios más pobres hubo saqueos a supermercados y comercios de todo tipo.

A las 16:00 horas del jueves 20, Fernando de la Rúa remarcaba en Cadena Nacional que no dejaba la Presidencia. La realidad era que el peor desenlace estaba muy cerca.

En un mensaje de 11 minutos y convocó a un acuerdo para reformar la Constitución.

Se trató de un «manotazo de ahogado» para recomponer la situación del Gobierno. Tras ello sonó el teléfono. Los líderes del PJ consideraban que ya era tarde para probar con algo así.

Sin apoyo siquiera por parte del radicalismo, menos aún del poder económico, redactó la renuncia. El destinatario fue el Presidente provisional del Senado, Ramón Puerta.

«Confío que mi decisión contribuirá a la paz social y a la continuidad institucional de la República». Trepó por la azotea de Casa Rosada y a las 19:52 se marchó en el helicóptero presidencial.