El legado papal, Giovanni Battista Re, presidió este domingo a la mañana la misa de clausura multitudinaria del XI Congreso Eucarístico Nacional en Tucumán, donde exhortó a "poner fin a la corrupción" en el país y reclamó "una real renovación y progreso en la honestidad, en la rectitud moral, en la justicia y en la solidaridad".
El enviado del papa Francisco al evento religioso habló de corrupción y falta de moral ante el presidente Mauricio Macri, el gobernador tucumano Juan Manzur, entre otras autoridades nacionales y provinciales, y en medio del escándalo por la detención del ex funcionario kirchnerista José López cuando intentaba esconder casi 9 millones de dólares en un monasterio bonaerense.
"La Eucaristía también es luz para el servicio del bien común y para la contribución que los cristianos deben aportar a la vida social y política, que necesita hoy más que nunca de un quiebre, que lleve a poner fin a la corrupción y a una real renovación y progreso en la honestidad, en la rectitud moral, en la justicia y en la solidaridad", sostuvo el legado papal en medio de aplausos.
Antes de comenzar la misa, mientras los fieles entonaban el himno del Congreso Eucarístico, a cuyo canto se sumó la vicepresidenta Gabriela Michetti, llegaron en procesión imágenes religiosas de las advocaciones a la Virgen que se veneran en el noroeste argentino, además de Nuestra Señora de Luján, patrona nacional, y el Señor de los Milagros de Salta.
El locutor animó a los presentes a hacer el gesto de abrazarse y Macri respondió haciéndolo con el gobernador Manzur y una mujer a la que llamó insistentemente para que saliera en la foto.
La ceremonia religiosa comenzó con la interpretación de la Misa Criolla, la obra de Ariel Ramírez, mientras que una de las lecturas estuvo a cargo de la vicepresidenta Michetti.
Ante una multitud de fieles, estimada en 250.000 personas por las autoridades eclesiásticas, el purpurado saludó a las autoridades "en nombre del papa Francisco" y deseó "todo bien a cuantos viven en esta amada nación, de profundas raíces cristianas y fuertemente encaminada, con esperanza, hacia el futuro".
El cardenal Re recordó que "la Eucaristía es el gran motor de la vida cristiana", pero también "impulsa a dar testimonio y a la solidaridad con los demás", y aseguró que "de la Eucaristía ha brotado a través de los siglos un inmenso río de caridad y de obras sociales".
"Para la sociedad actual, marcada por tanto egoísmo, por la especulación desenfrenada, por tensiones y contrastes, por tanta violencia, la Eucaristía es una llamada a la apertura hacia los demás, a saber amar, a saber perdonar; es una invitación a la reconciliación, a la solidaridad y al compromiso con los pobres, con los ancianos, con los sufrientes, con los pequeños y los marginados", subrayó en medio de aplausos.
El purpurado consideró que "hay una gran necesidad de reedificar la familia y la sociedad sobre la roca de la fe en Dios y de su amor misericordioso, que este Año Jubilar de la Misericordia nos hace experimentar".
El cardenal invitó a los participantes del congreso a pedirle a Jesús presente en la Eucaristía que ayude a los argentinos "a vencer el mal con el bien", a realizar "una verdadera reconciliación de todos" y a construir un mundo más justo, mejor y más solidario".
"Dios bendiga a Argentina, formada por gente de diversa proveniencia, que la fe cristiana y sus valores han amalgamado en una gran nación, unida y rica en recursos y en ideales, que, en la fidelidad a sus tradiciones y a su identidad, mira al futuro con esperanza", concluyó.
La misa, en el marco de los festejos religiosos por el Bicentenario de la Independencia, estuvo concelebrada por cuatro cardenales, ochenta obispos argentinos y del exterior, además de 200 sacerdotes.
Fuente: DyN