Se nos fue el mejor jugador de fútbol que dio esta tierra. Tenía sólo 60 años. El «10» generó amores y odios. Fue el genio de la pelota. El más grande de todos los tiempos.
Lo llora el mundo del fútbol. Maradona había estado cerca de la muerte varias veces por culpa de la cocaína. Sin embargo, en esos momentos también tuvo la fortaleza para levantarse.
El jugador que adentro de la cancha a pura gambeta dejaba en ridículo a sus rivales; también se las ingeniaba afuera de la misma para sortear los graves problemas de salud.
Pero Maradona tampoco es eterno. Un día sucedió lo inesperado. La noticia congela la sangre. Se detiene el tiempo. Lo que el mundo del fútbol rezaba para que no pasara jamás, ocurre.
Diego estaba en una casa en el Tigre, en donde se había instalado luego de haber sido operado del ya famoso hematoma subdural. Hasta entonces, pocos sabían de que se trataba.
Desde su entorno trascendía que D10S mejoraba un poco todos los días. Pero hoy se descompensó y lamentablemente no hubo forma de salvarlo. Su corazón no quiso más.
El mismo corazón que le dio segundas y terceras oportunidades. Se nos fue el Diego, y nos duele a todos. QEPD maestro. Respeto eterno a un futbolista único que hizo feliz a un país entero.