Cómo fueron las maniobras. Por qué la causa es diferente a otras defraudaciones inmobiliarias. Se investiga un entramado societario enorme, complejo y oscuro.
Los abogados defensores de los 10 imputados en la denominada causa Euromayor han comenzado a analizar el contenido del voluminoso expediente en el que se investigan estafas a través de emprendimientos inmobiliarios.
La semana pasada, la fiscal de Delitos Complejos Valeria Rissi levantó el secreto de sumario para las partes. En las constancias de las indagatorias se puede advertir qué ha determinado hasta ahora la Justicia: cuáles fueron las maniobras; la complejidad de los vínculos entre las diferentes sociedades, fideicomisos y empresas; quienes las diseñaron y quienes participaron de ellas.
Según las pruebas analizadas, Laerte Muzzi (desde el inicio) y Jorge Monferini (entre 2014 y 2016), presidente y vicepresidente de Euromayor, habrían sido los cerebros del entramado societario con el cual se consumaron las estafas. De hecho, están imputados como organizadores de la asociación ilícita. Para cada emprendimiento, de los seis principales que se investigan, se dispuso un fideicomiso de carácter inmobiliario o financiero y una empresa. En la mayoría de los casos fue South American Trust SA (Satsa aunque también participaron Euromayor y Trust & Development (T&D).
Los nombres de los 10 imputados se suceden en diferentes roles de las sociedades y fideicomisos; y a su vez son sociedades las fiduciarias o fiduciantes de algunas de esos contratos. Ellos son Laerte Muzi, Jorge Monferini, Mariano Fontán, Jorge Airaudo y Oscar Cerutti, quienes permanecen detenidos en Bouwer; Luciano Monferini, Mauricio Nicoletti, Agustín Muguerza, Marcelo Pretini y Claudia Funes.
Los hechos investigados parten desde 2009. El perjuicio es casi imposible de cuantificar porque, además de la privación del lote o vivienda que los clientes pagaron y no obtuvieron, se acumularon deudas de tasas municipales, provinciales y hasta de obras de infraestructura. Los damnificados que reclamaron en sede penal son más de 60; pero hay numerosas acciones civiles que procuran resolución de contratos, recupero de cheques, liquidación de fideicomisos, entre otras. La fiscal Rissi también adoptó medidas preventivas sobre los patrimonios o dominios de los emprendimientos.
¿Incumplimiento? Para los abogados defensores, los reclamos responden a incumplimientos que se fueron acumulando al punto de generar una bola de nieve. Y, a partir de ese descalabro, los empresarios empezaron a caminar por el filo de la legalidad con el único fin de salvar las empresas y responder. Para la fiscalía, la situación es sustancialmente diferente.
El dinero obtenido por las ventas y capitalización no habría sido utilizado en los emprendimientos. La comercialización de inmuebles se habría consumado sabiendo que los emprendimientos nunca se concluirían. Solo se efectuaba una inversión parcial, pero no con el objeto de concluirlos sino de generar apariencia de solidez para concretar mayores ventas y así retroalimentar las maniobras y seguir produciendo ganancias indebidas.
Todo basado en la fama por desarrollos exitosos como Valle Escondido o Córdoba Bussiness y la realización de eventos fastuosos bajo la marca de Euromayor, South American Trust y Trust & Developtment. Una de las herramientas utilizadas era el ‘Plan 4 certezas’, con aparentes facilidades para atraer a compradores.
En la Bolsa. Otra de las maniobras habría sido la utilización de unidades o lotes para garantizar la emisión de obligaciones negociables. Ponían en garantía los boletos de compraventa y pagarés que suscribían los compradores y, del mismo modo, los utilizaban para capitalizar otros fideicomisos financieros a disposición del propio grupo. También se detectaron mutuos dinerarios que eran garantizados con lotes o viviendas y que, frente al incumplimiento de su pago, eran cedidos a los mutuantes independientemente de quien haya contratado y del emprendimiento de que se tratara.
Esto explica la multiplicidad de fideicomisos financieros e inmobiliarios. A través de una compleja ingeniería jurídica, se generaron infinidad de relaciones de compras o cesiones entre una red de fideicomisos y personas jurídicas, siendo que, en realidad, desde su base, se trataba de las mismas sociedades que modificaban sus nombres o intercambiaban roles o las transformaban en empresas fantasmas. En todas ellas, aparecen los imputados en la causa.
Cheques y reventas. También se detectaron casos en los que, ante incumplimiento y reclamo de clientes, desde Euromayor y el resto de empresas ofrecían rescindir contratos a cambio de pagos inferiores a los montos abonados previamente. Se cancelaban esos acuerdos con cheques sin fondo y, luego, esas mismas unidades eran revendidas.
Fuente: Perfil.com