Cada vez que un equipo pone en duda su presencia en la Liga Nacional "A" de Básquet se recurre a la célebre frase de León Najnudel. El propio creador lo tenía claro hace más de tres décadas.
Aunque pensándolo bien es una frase que podemos aplicar a todos los órdenes de la vida ¿A quien no le gustaría tener una casa propia? Sin embargo, por desgracia no todos pueden. Y así podríamos enumerar un centenar de ejemplos. León señaló algo que es comprobable en la vida cotidiana.
El famoso "no vamos a poner en riesgo el patrimonio institucional para jugar la Liga Nacional" tomó forma nuevamente en estos días. Claro, como si la Liga Nacional no fuera un enorme patrimonio. El club de calle Dentesano cobró popularidad en todo el país a raíz de su vigencia de dos décadas en el máximo nivel de básquet argentino. ¿Alguien duda de ello?
Esta claro que Libertad quiere seguir siendo parte, tanto como que cada vez le cuesta más. Tarde o temprano, la sensación que flota en el ambiente es que el "Tigre" dejará de pertenecer. Ojo, no será por un año, tal vez tampoco para siempre, pero seguramente sí por un buen tiempo.
La mano viene brava para los "Tigres"; pero con un plantel más de Liga Argentina que de Liga "A", le intentará dar pelea a las potencias y luchará por preservar su plaza. Está a la vista que, en la ciudad ya no existe el poderío económico del pasado. Claramente eso juega en contra.
La economía del país no ayuda; la Liga tampoco. Lentamente se marcha hacia una competencia de franquicias, o de estructuras gerenciadas. Empresarios exitosos y gobiernos provinciales, respaldan el armado de los equipos. De lo contrario, es casi imposible competir dando la talla.
A Libertad, sólo en logística se le va más de la mitad del presupuesto. Claro, a eso hay que sumarle que con los ingresos por derechos televisivos (300.000 pesos por mes) se puede hacer poco.
En el TNA 97/98, cuando el "Cañonero" ascendió por primera vez a la "A", el aporte televisivo era de casi el 40% del presupuesto. En la antigua competencia eran 16 clubes, ahora participan 20. Y claro, hay más bocas para alimentar.
La respuesta elegante es que hay más puestos de trabajo para los jugadores. Pero acto seguido se liberaron los cupos de extranjeros y más de un equipo decidió jugar con 3, 4 o 5 foráneos. A esto se le agregó la Liga de Desarrollo y la inversión extra que también sale del bolsillo de los clubes.
Celebro la coherencia de Libertad. Si no se puede jugar porque la plata no alcanza hay que achicar gastos. En eso estamos de acuerdo, pero no cuenten conmigo para eso de "hay que ir camino a un club social". Acaso, ¿Cuándo es que Libertad dejó de serlo?
Lo fue durante 89 años y también en los 20 que jugó en la LNB. De hecho, además de acomodar la economía interna, a mediados de la década del ’90, los ascensos de la "B" al TNA y del TNA a la "A" recuperaron socialmente a una institución que parecía hundida en la peor crisis de su historia.