Los datos se desprenden de un informe realizado por la ONU, en 102 países. Aseveran que el fenómeno tiene alcance mundial.
Las mujeres ahora tienen mejor educación y son más longevas que los hombres, pero más de un tercio de ellas dicen haber sido víctimas de violencia, según un informe de la ONU publicado ayer.
El informe sobre «Las mujeres en el mundo», el sexto de este tipo, es el resultado de cinco años de investigaciones y recopila estadísticas sobre los principales aspectos de la vida de mujeres y niñas.
Según una de sus autoras, Francesca Grum, el estudio incluye nuevos cálculos sobre el trabajo no remunerado de las mujeres y sobre la violencia en contra de ellas, un problema que ni siquiera era tomado en cuenta hace 20 años.
Los resultados de las investigaciones hechas sobre 102 países (la cifra más alta hasta ahora) muestran que más de un tercio de las mujeres han sido víctimas de violencia física o sexual en algún momento de sus vidas.
«Esta violencia contra las mujeres está presente en todas partes, es un problema mundial», explica Grum. Sólo «una minoría de las mujeres se atreve a hablar de su experiencia de violencia».
Según el informe, en 70 de los países estudiados, menos de 40 por ciento de las víctimas rompen el silencio y comparten su experiencia con amigos o familiares. Menos de 10 por ciento de las víctimas hacen una denuncia.
Pero la actitud hacia la violencia conyugal o sexual comienza a cambiar en casi todos los países donde circula información sobre este problema, destaca el informe.
Así, en al menos 119 países ya hay leyes sobre violencia doméstica, en 125 las hay sobre acoso sexual y en 52 sobre violencia conyugal.
A nivel mundial, las mujeres tienen una esperanza de vida de 72 años contra 68 que viven los hombres, aunque aún ganan entre 70 por ciento y 90 por ciento de lo que perciben sus colegas masculinos.
En los países en desarrollo, las mujeres pasan al menos tres horas al día más que los hombres ocupándose de tareas domésticas y de los demás miembros de la familia, una cifra que se reduce a dos horas en los países ricos.
Pero algunos beneficios familiares se han extendido: la mitad de los países ofrecen una licencia de maternidad de al menos 14 semanas. No obstante algunos sectores, como la agricultura o el servicio doméstico, carecen de estas prestaciones.
El estudio estableció además que, si bien la demanda satisfecha de servicios de planificación de la familia aumentó en todas las regiones en desarrollo, las funciones que se atribuyen tradicionalmente a cada género, las expectativas asociadas con el matrimonio precoz y la falta de poder de decisión de las chicas las exponen más al embarazo en la adolescencia, a los abortos en condiciones peligrosas y a las infecciones de transmisión sexual, causas importantes de muerte entre las mujeres y las nenas en las regiones en desarrollo.
En los varones, la imagen arraigada de la masculinidad los exponen más a los accidentes y a las acciones de riesgo, así como conductas nocivas para su salud.
Fuente: La Capital
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