No habrá cambios en los precios pagados en junio y la industria sólo se comprometió a «acercar» el precio de julio en la mayor medida posible a lo de junio. Así queda confirmada la primera baja de 15 ctvs por litro respecto a los valores de mayo.
Pero las empresas pagarán la leche derramada en estos días debido a la no recepción de la materia prima en las plantas. Conformarán una mesa técnica para seguir el tema.
Luego de diez horas de febriles negociaciones que incluyeron a dirigentes de organizaciones tamberas, industriales, de los trabajadores, del transporte de lácteos y funcionarios del Gobierno, se logró una tregua en el conflicto que se desató el domingo con el bloqueo de la salida de productos terminados de la firma Saputo y que en una escalada progresiva, llevó a que ayer se paralizara totalmente la actividad de la cadena láctea, obligando a los productores a deshacerse de millones de litros de leche que no pudieron ser almacenados en los tambos.
Anoche, los trabajadores de las empresas lácteas ingresaban normalmente a las plantas para cubrir el turno de las 20, luego que ATILRA decretara el levantamiento del paro por tiempo indeterminado, en tanto que también se estaba organizando el sistema de recolección de leche en los tambos remitentes de las distintas empresas, para una progresiva normalización tanto del proceso de recolección de materia prima como de la elaboración y distribución de productos en las industrias.
El objetivo principal de la protesta, que fue lograr que la industria deje sin efecto la rebaja de 15 ctvs por litro que impuso para la producción entregada en el mes de junio, no se logró. Las industrias sólo adoptaron el compromiso de «establecer los precios del mes de julio procurando acercarse a los valores pagados en el mes de junio, de acuerdo a las realidades y posibilidades de pago de cada empresa». Los más optimistas calculaban que la industria bajaría otros 5 ctvs, contra los 15 ctvs que había advertido aplicaría para la producción que se está entregando en julio.
En cambio, las organizaciones de productores, por especial insistencia de APLA, lograron que la industria asuma el compromiso de pagar la leche que los productores se vieron obligados a derramar como consecuencia de la decisión empresaria de no habilitar la recepción de leche hasta que no se levantaran los bloqueos a la salida de productos terminados
La otra clave para destrabar el conflicto –y el primer punto del que quedó constancia en actas- fue la conformación de una mesa técnica y política, integrada por representantes de todas las instituciones que participaron de las reuniones de ayer, más dos técnicos por cada sector, que deberá definir aspectos de las relaciones futuras dentro de la cadena. Traducido a las acciones concretas, esta mesa se reunirá por primera vez el martes próximo. El primer tema en agenda será el precio de julio, pero además la industria y los productores coincidieron en que el Estado deberá intervenir para realizar un esfuerzo de financiamiento a fin de asegurar qué hacer con los excedentes de la primavera, dado que el desplome de los precios internacionales torna inviable la posibilidad de exportar para las industrias.
Como se sabe, la medida de fuerza fue impulsada por la Asociación de Productores Lecheros de Argentina (APLA), con el apoyo del gremio de trabajadores de la industria láctea, ATILRA; y de los transportistas nucleados en la Asociación de Transportistas de Leche de la República Argentina (ATLARA). En cambio, el resto de las organizaciones tamberas –mesas y cámaras provinciales, así como la Mesa Nacional de Lechería- se manifestaron en total desacuerdo con esa práctica y además, repudiaron a los dirigentes de las entidades convocantes, a los que consideraron «inadaptados» por haberse arrogado la representación del sector tambero, lo que profundizó las diferencias dentro del universo de productores que componen las distintas organizaciones.
Ayer, esas diferencias estallaron en algún momento. Los representantes de MEPROLSAFE, la mesa de los tamberos santafesinos, habían decidido levantarse de la reunión si aparecían los delegados de APLA y Héctor Ponce, el líder de ATILRA. Aunque escucharon a Ponce y dijeron luego cuál era su opinión sobre APLA y la participación de ATILRA en el conflicto, luego cumplieron la amenaza y se retiraron de la reunión.
Sin embargo, no fueron las únicas idas y vueltas. Por el Gobierno participaron del encuentro –que se concretó en las oficinas de la Secretaría de Comercio Interior, aunque sin la participación directa del jefe del área, Augusto Costa- el subsecretario de Lechería, Arturo Videla; el secretario de Políticas Institucionales y Emergencia Agropecuaria, Javier Rodríguez y algunos técnicos y funcionarios de rango menor. Por la industria estuvo Miguel Paulón, presidente del CIL, así como otros directivos de la entidad y de APYMIL.Y por las entidades participaron, entre otros, Juan Otero, Marcelo Garello y Daniel Oggero por APLA, Ricardo Andretich por la Sociedad Rural de Rafaela; Gustavo Vionnet, por CARSFE; Martha Faggiano por Federación Agraria; representantes de CAPROLEC y de instituciones de la provincia de Buenos Aires, entre otros.
Hubo muchos cuartos intermedios, infinidad de llamados telefónicos y no pocas discusiones subidas de tono. A final, Daniel Oggero, de APLA, reconoció que «nos vamos con un sabor amargo porque no conseguimos hacer retroceder a la industria en su decisión de bajar los precios. Pero conseguimos abrir el tema a la discusión y a los productores que sufrieron pérdidas por el derrame de leche, le transmitimos tranquilidad porque la industria se comprometió a resarcirlos por esas pérdidas».
Oggero también dijo que «la alianza entre APLA, ATLARA y ATILRA está más fuerte que nunca. Vamos a seguir en el camino juntos y si no se cumplen estos acuerdos que dejamos plasmados en un papel, sabremos qué pasos seguir». Este sábado habrá una reunión en Suardi con los productores para explicar los alcances de esta negociación.
En el otro extremo del arco de los productores, Fernando Córdoba, secretario de MEPROLSAFE, lamentó la baja del precio y reconoció que quedó un «punto en el aire», en referencia a la falta de una definición concreta sobre el precio de julio. De todas maneras, advirtió que «si no se logra en esta mesa que vamos a conformar una solución respecto al tema de los excedentes, también nosotros sabremos qué medidas deberemos adoptar y ésto se lo hemos planteado al Gobierno».
El tema de los resarcimientos a los productores que sufrieron pérdidas por la necesidad de derramar leche será otro punto álgido en los próximos días. Fuentes de MEPROLSAFE , en las horas previas a la reunión,expresaron que había productores que dejaron constancia en actas notariales de las pérdidas sufridas y que tenían pensado accionar judicialmente no contra las industrias que no recibieron la leche, sino contra sus colegas productores que bloquearon las bocas de salida de los productos terminados. «Alguien deberá hacerse cargo de haber actuado de la forma en que lo hicieron», apuntaron en ese momento. ¿Alcanzará la promesa industrial de hacerse cargo de estos costos como un freno para esos reclamos? Es una pregunta que sólo el tiempo permitirá contestar.
Finalmente, lo importante es que se levantaron las protestas y que habrá un espacio –otro más, de los tantos que ya se conformaron en algún momento en los últimos años- para la discusión del futuro inmediato de la lechería. Después será el tiempo de ver quiénes ganaron y perdieron en esa pulseada que dejó como triste saldo la pérdida de muchos millones de pesos.
