Se trata de 1,3 millones de votantes que tienen entre 15 y 17 años. Su peso en el padrón nacional es del 4,5% y puede ser clave en una elección pareja. Para los chicos que debutan, el voto no es obligatorio pero en 2013 el 80% de los habilitados fue a las urnas.

Un millón trescientos mil adolescentes, de entre 15 y 17 años, va a poder votar por primera vez en la elección presidencial, en nuestro país.

El debut de los jóvenes en las urnas -contra lo que ocurrió en 2013- alcanzará este año un volumen relevante, que lo convierte en una de las posibles claves ante un eventual comicio parejo.

Mientras que dos años atrás eran menos de 600 mil los votantes-debutantes menores de 18 años, en el Padrón Electoral Nacional su número se ha duplicado y más, con lo que representan un nada despreciable 4,5% del electorado.

Es verdad que la legislación argentina que habilitó el llamado “voto joven” no los obliga a concurrir a las urnas. Sin embargo, debe advertirse que en 2013, para la renovación de las Cámaras del Poder Legislativo de la Nación, nada menos que el 80% de los habilitados fue a votar.

El electorado adolescente nació a fines de los ‘90. Gobierna con suma facilidad los usos más novedosos de las tecnologías disponibles, pero ve en sus hogares -sus padres o alguna otra figura paterna- a sus referencias políticas más fuertes.

“Por lo general optan por lo que opinan otros…. Igual, responder si están capacitados o no es complicado. ¿Acaso todos los adultos lo están?”, repregunta la psicóloga Alicia Facio, ante una pregunta del diario Clarín, que advierte en su edición de hoy sobre el fenómeno, que en 2013 se llamó “voto joven” y ahora nombra como “Debut Sub-18”.

En aquella ocasión, unos 800 mil jóvenes quedaron sin la posibilidad de votar, porque no habían renovado a tiempo su DNI. Ahora, se estimaa que cerca de 1.300.000 jóvenes ya obtuvieron el nuevo documento y podrán optar por ir a las urnas.

El voto no es el único punto sobre el que se asientan los derechos y obligaciones de los adolescentes. El Régimen Penal de Minoridad los considera punibles a partir de los 16. Por lo que, además de ser capaces de votar, son capaces de recibir una condena. Pero no pueden salir del país sin la autorización de sus padres.